Escrito en 2012 y reescrito en el 2013
“No puede ser / Esta ciudad es de mentira / No puede ser que las brujas sonrían a quemarropa / y que mi insomnio cruja como un hueso / y el subjefe y el jefe de policía lloren / como un sauce y un cocodrilo respectivamente / no puede ser que yo esté corrigiendo las pruebas / de mi propio elogiosísimo obituario / y la ambulancia avance sin hacerse notar / y las campanas suenen sólo como campanas.
No puede ser / Esta ciudad es de mentira / O es de verdad / y entonces / está bien / que me encierren.“
{Fragmento_ Esta ciudad es de mentira. Mario Benedetti}

Asomate a la reja. Tomado de: http://img.bebesymas.com/2009/05/asomate-a-la-reja.jpg
No crean que no he conocido la sensación de estar tras las rejas, desde niña esa ha sido la realidad y el primer plano a través del cual veía pasar la vida en mi barrio. En la casa en que vivía cuando tenía 4 años, jugué con el único vecino que conocí en mi vida a través de las rejas que separaban nuestras casas. Mi parque era el garaje, mi play la imaginación. Las visitas al Parque de la Paz o al Polideportivo de San Francisco de Dos Ríos se daban solamente en ocasiones especiales, la primera con mis abuelos donde me tiraba del monte con un pedazo de cartón, volaba cometas y lanzaba burbujas de jabón al aire y la segunda en diciembre para probar los juguetes de navidad.